sábado, 12 de enero de 2019

Vocabulario de Villanueva de la Serena (1)








Fuente: Algunas palabras tomadas del Vocabulario Serón de Tomás Chiscano Andújar y motes y apodos por Arturo López



Nota.- Por derechos de autor, sólo se incluyen completas las letras A y B.



Gentilicio

Villanovenses y serones.

Topónimo. Origen del nombre de Villanueva

En el bulario de la Orden de Alcántara se recoge cómo el rey Fernando IV “hace merced al Maestre de Alcántara D. Gonzalo Pérez, y a su orden, de Aldea Nueva, Aldea que era de Medellín”. Luego se llamó Aldea de los Freyles y, según Clodoaldo Naranjo, en 1304 Aldeanueva de los Freires. En las respuestas al Visitador de la Real Audiencia, el informante, tras decir que “en lo antiguo fue una infeliz Aldea denominada de los Freiles”, explica el nombre por “hallarse dos de la Orden de Alcántara en la casa que mandó edificar el Maestre D. Juan de Zúñiga”. Esta explicación peca de anacrónica, pues ya en la época de D. Juan de Zúñiga, a fines del XV, Villanueva había cambiado de nombre; parece más lógico pensar que se llamó Aldea de los Freyles por haber pasado de Medellín a la Orden de Alcántara -hay en la comarca más topónimos: Cortijo de los Frailes, El Fraile, Quinto del Fraile, Casa del Freile, Los Freilillos...-. Al poco de fundarse se le agregaron parte de los habitantes del lugar del Pozuelo, que estaba “donde se ve hoy la Ermita de la Magdalena”. Este lugar se despobló y sus vecinos se repartieron entre Aldeanueva y La Coronada, que fundaron ellos. Recibió otros nombres, Villanueva y Villanueva de Magacela, antes de tener el actual. Así, en 1313 se fecha en Villanueva, Aldea de Magacela una carta de hermandad entre los maestres de Santiago, Calatrava y Alcántara, y en 1379 se confirman los privilegios de los moros de Magacela en Villanueva de Magacela. En cuanto a que también hubiera llevado el nombre de Villanueva de Lares, como afirma Torres y Tapia, nos inclinamos a pensar que este era el primitivo nombre de Esparragosa de Lares. La primera vez que aparece el nombre actual de Villanueva de la Serena, según Torres y Tapia, es en 1423: “y estando en Villanueva de la Serena, confirmó a la de Magacela sus privilegios”. 
A la par que Magacela entra en decadencia, aumenta la importancia de Villanueva; ya las necesidades defensivas cuentan menos y más la riqueza de la tierra y la abundancia de agua. De ahí el traslado a Villanueva de la residencia del Prior desde Magacela, y la construcción de un convento, terminada en 1494, para albergarlo. En 1504 se fija oficialmente la residencia en Villanueva, que se convertirá en la capital de la comarca. Así Colón dice: “Villanueva de la Serena es lugar de trescientos vecinos e está en llano e es en la Serena e es cabeça de la Serena e tiene una casa real”. Vemos cómo el topónimo ha ido variando al tiempo que lo hacía la importancia de la población. Al comienzo se mencionaba su carácter de aldea recientemente creada, Aldea Nueva, para pasar a nombrar a sus nuevos propietarios, Aldea de los Freyles; con el tiempo fue creciendo y de aldea pasó a villa, Villanueva, aunque aún dependiendo de Magacela, Villanueva de Magacela. Cuando se independiza de ésta -igual que sucede con Esparragosa de la Serena cuando lo hace de Benquerencia y deja de ser Esparragosa de Benquerencia - abandona su nombre y toma el actual Villanueva de la Serena, con una determinación no de dependencia sino de ubicación geográfica (Castaño, 1998, 71-72). (Los nombres de Extremadura de Antonio María Castaño Fernández. Editora Regional de Extremadura, 2004)

Topónimo. Origen del nombre de La Serena

Hay diversas hipótesis para explicar este nombre. Veámoslas:
Legendaria: El nombre vendría de “sirena” por una que existía en la confluencia de los ríos Guadiana y Zújar, o bien que fuera una “cautiva de algún ‘xeque’ musulmán que habitaría en las inmediaciones del Castillo de la Encomienda (fortaleza de Castelnovo)”. 
Antroponímica: Tendría su origen el nombre en el de una mujer romana cuya familia habría sido la dueña de la comarca; Francisco San José y Muñoz Gallardo se decantan por una nieta del Emperador Teodosio, mientras que Agúndez Fernández no se quede con ningún personaje en concreto, por su parte, Vicente Barrantes, en la memoria de su actividad como cronista de Extremadura en 1874, y al contar la visita que hizo al archivo de Villanueva en busca de información histórica, afirma que “fue toda la llamada tierra de la Serena latifundio de la poderosa familia romana que erigió en los baños de Alange el templo de Juno”, con lo que se adscribe a esta hipótesis antroponímica, ya que fue en esa población donde se halló la inscripción “pro salute filiæ suæ Serenæ dedicaverunt”. Casco Arias desecha esta hipótesis “porque Alange no pertenece a la Serena” y cita dos inscripciones más, una cerca de La Coronada, en una sepultura “que se refiere a un personaje que se llamó Serenus, no teniendo una explicación clara el que su nombre se trocara en femenino”, y la que afirma ser más interesante: “la que da nombre a la Serena es la encontrada en Quintana; en la antigua calle de la Bota, en el poste de piedra de granito de una casa, hoy desaparecido, había una inscripción en la que se leía:
"Publio Ainiano hizo este entierro a Fabia Serena en el año 665 (de la fundación de Roma)"; dicha dama habitó y murió en Quintana, en el año 74 a. de J.C., y durante su vida fue un personaje notable que dio origen a llamar a esta comarca, la Serena” .
Toponímica: Paredes y Guillén deriva Siruela de Seria , como diminutivo, y de ahí deduce que Seria debía de estar en La Serena, que sería el nombre de la comarca de Seria, es decir de la hipotética *Seriana, de donde vendría Serena .
Apelativo como origen: La Serena puede referirse a una característica de ese terreno, es decir, a una tierra ‘serena’. Ahora bien, ¿a qué alude este término? Dos significados parecen posibles: ‘tierra sin árboles’ y ‘tierra cultivable’. Fr. Francisco Barrantes Maldonado afirma que el Partido toma su nombre del de la dehesa que ocupa su centro: “El partido de la Serena, que es en esta Estremadura de la insigne Orden y Cavallería de Alcántara, tiene onze villas, y ocho aldeas, toma nombre de una dehesa que está en medio dél” y, un poco más adelante, “En la mitad desta Extremadura está el pueblo de la Serena dicho así de una grande dehesa de la Orden de Alcántara en que no hay monte, mata, ni árbol alguno, sino todo raso y sereno, como dize el vulgo”. Sería, pues, el origen del topónimo el adjetivo ‘serena’ referido a una tierra llana, sin arbolado ni monte bajo, es decir, a una llanura de pastos. Es lo que significa el adjetivo ‘calmo’ referido al suelo, una ‘tierra calma’, expresión tan repetida en los documentos notariales, se dice, según el Diccionario académico “del terreno o tierra erial sin árboles ni matas”. Esta hipótesis puede verse apoyada por el uso que en la zona se hace de ‘serena’ como apelativo, para denominar exclusivamente a terrenos de pasto, a la zona más característica de la comarca, no a las vegas o a los montes. Se dice comúnmente “eso es serena”, como podría decirse “eso no es vega ” o “aquello ya es sierra”. 
En el Diccionario de voces españolas geográficas, publicado por la Real Academia de la Historia poco después de 1796, se recoge “SERNA s.f. Es la tierra que se ha hecho labrantía, y antes estaba de monte baxo, como la Serna de Medina del Campo. Esta voz da denominación á muchos terrenos, y á algunos pueblos. Puede venir de aquí la denominación del partido de la Serena, poblado por la Orden Militar de Alcántara”. Esta es la explicación que recoge García de Diego “se cree del celta ‘sen-ara’, cast. serna, ‘tierra de sembradura’, cambiando en senera y por metátesis serena”.
 Hay dos objeciones a esta hipótesis. Por una parte, el significado de “tierra de sembradura” o de “ tierra de labor que antes fue de monte bajo” no parece excesivamente adecuado para una tierra de pastos, muy poco apta para la agricultura. Por otra parte, la evolución desde ‘sen-ara’ a ‘serna’ pasa por ‘sénera’ y no por ‘senera’. Corominas señala la doble evolución castellana y occidental; esta última sería la más cercana a la forma celta original ‘sen-ara’ que daría el portugués ‘seara’ y el leonés ‘senara’ . En el artículo del Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico dedicado a ‘serna’, se considera la forma ‘senara’ con más vitalidad en tierras leonesas que castellanas. Sería, por tanto, Serena, de ser cierto el origen del que hablamos, una solución no puramente castellana sino leonesa. Viudas Camarasa recoge en su Diccionario extremeño la voz ‘senara’ con el significado de ‘cosecha’, muy relacionado con el que estamos viendo, en Trujillo, Almoharín y Montánchez -además de en Las Hurdes -, tierras conquistadas por la Orden de Santiago, de clara raigambre leonesa. Por último, Corominas y Pascual, en el artículo citado, señalan los diversos significados de ‘serna’ que giran alrededor de ‘tierra labrantía en general’, incluso en portugués ‘seara’ puede llegar a significar ‘qualquer campo, coberto de vegetação’, pero, y es importante destacarlo teniendo en cuenta el tipo de terreno del que hablamos, afirman que “ni ‘serna’ ni ‘seara’ han significado jamás ‘barbecho’ ni ‘tierra por roturar, artiga’ ”. 
Como vemos, los intentos de explicación son variados y de muy diversa fiabilidad. Creemos que el origen del nombre en cuestión debe de estar en un apelativo que haga referencia al terreno, tan característico y tan diferente de los que lo rodean, es esa especificidad lo que origina muchos topónimos. Podría ser, por tanto, o la tierra ‘serena’, lisa, sin accidentes -como dice el refrán: “La Serena, ancha y buena”-, de Barrantes o la ‘tierra de sembradura’ de que hemos hablado últimamente. Creemos que se ajusta más a la naturaleza del terreno la primera, que, además, no plantearía los problemas de evolución fonética de la segunda. Algo de esto vive en la mentalidad popular, como se refleja en el dicho: “En Villanueva, serena la tierra y serenas ellas” (Castaño, 1998, 43-45). (Los nombres de Extremadura de Antonio María Castaño Fernández. Editora Regional de Extremadura, 2004)

A

Abarrancar: Hacer barrancos, meter en un barranco, encallar.
Abarrancarse: Meterse en uno mismo, aislarse de todo el mundo, no querer
saber nada con nada ni con nadie. ¿Cómo está fulano? ¡Bah!, no habla con
nadie y parece que ni oye ni ve; como si se hubiera abarrancao ”.
Abotargao: (Abotagarse) (Seguramente viene de una raíz romance bott- de
carácter expresivo). Hinchado, congestionado. También se utiliza para decir
que alguien está desolado, desesperado, que no quiere ver a nadie, aislado.
"Ahí le tienes, abotargao en la butaca, sin salir de casa y sin hacer caso a
nada ni a nadie”. “Fíjate cómo le tiene el vino, toa la cara abotargá".
Aburrió: Aburrido, p.p. del verbo aburrir. (Del latín abhorrere). Persona triste,
sin alegría. Alguien que no le gusta divertirse. Este tío no sale nunca de
casa, es un aburrió ”. También se utiliza para indicar monotonía. “Todos los
días oyendo lo mismo, o comiendo lo mismo, diciendo lo mismo. ¡Qué aburrimiento!
Acanalador: Instrumento de carpintero para abrir en los cercos y peinazos de
puertas y ventanas, ciertos canales en los que entrar y asegurar los tableros.
Acarraear: Transportar en carro. Transportar de cualquier manera cosas de
un lugar a otro.'Wo para un momento; está siempre acarreando cosas”.
Acarrearse: Buscarse, contraer, ser receptivo de alguna cosa mala y negativa,
como consecuencia de un comportamiento inadecuado. “Como sigas sin
comer, te vas a acarrear una enfermedad”.
Achaparrao: (De chaparro, y éste del vasco txaparro). Ancho y de poca altura.
Que tiene la forma de los chaparros de las encinas. “Era un tío de poca
altura y algo achaparraete”.
Aceitera: (De aceite. Del ár. az-zait, el jugo de la oliva). Recipiente lleno de
aceite que usaban los relojeros para engrasar las piezas de los relojes.
Achiperres: Utensilios, herramientas. Servía tanto para designar herramientas
de trabajo como cualquier utensilio. Estaban los achiperres del campo,
que eran todas las herramientas; los de la pesca (cañas, anzuelos, costeras,
etc)., los de la casa (soplillos, escobas, etc).
Achispao: Borracho, bebido.
Achisparse: Emborracharse.
Acial: (Viene de aciar, y éste del ár. Az-ziyar, la tenaza de albéitar, del ár albaitar,
veterinario). Instrumento formado por dos palos unidos por dos cuerdas
en sus extremos, con que oprimiendo un labio, o la parte superior del hocico,
o una oreja de las bestias o caballerías, se les hace estar quietas mientras
se les curaban, herraban o esquilaban.
Acibarrao: Harto de comer y de beber. “El tío se ha puesto acibarrao”.
Acituna: Aceituna. (Del árabe az-zaituna, la oliva).
Acochambrao: Lleno de suciedad, de cochambre (de cocho, puerco).
Acoquinar. (Del fr. Acoquiner) Acobardar, asustar. “Me quedé acoquinao al
verlo".
Adán: Desaliñado, descuidado en el vestir, indolente y desaseado. “Mírale,
no le dará vergüenza ir siempre hecho un adán.'’
Adefesio: (De ad Ephesios, con alusión a la epístola de San Pablo a los efesios).
m. Persona fea y mal vestida.
Agarraeras: Asas de los cenachos, cestos y cántaros. También significa
influencias y poderío. “Ya verás cómo ése lo consigue. Tiene muchas agarraeras”.
Aguachirri: Aguachirle. Bebida, o comida líquida, que no sabe a nada, que
está insípida. “¡Esta sopa es un aguachirri; no saben a na! ”
Aguaeras: Aguaderas. Recipientes de esparto, que se cargaban a las bestias,
(burros, muías, caballos), con cuatro senos, donde se ponían los cántaros para
ir a los pozos a por agua, o para transportar los productos del campo: melones,
sandías.....etc.
Aguanosa-o: ( Del latín aquanus, de aqua, agua). Que tiene mucho jugo.
Jugoso. Con agua. “Esta fruta es muy aguanosa; se te hace la boca agua. ”
Agüelo (a): Abuelo (a). “¿A ánde vas? An ca mi agüelo.
Aguililla: Persona que está siempre “ a lo que cae” . Despierto, astuto, ágil de
mente y rápido en la acción.
Aguisillos: Campanillas que se colocaban en el cuello de las caballerías. El
"Día del Resucitao", (sábado de Resurrección) era costumbre en nuestro pueblo
que los muchachos salieran por la mañana con campanos, capanillas y
aguisillos colgados en el cuello, acompañando a un personaje célebre y entrañable,
llamado “Petronilo”. El tal “Petro” iba tocando un tambor por las
calles, anunciando que ya había resucitado Jesús de Nazareno. Se paraba en
aquellas puertas que se abrían para echar “a garata” “jigos pasaos “, almendras,
nueces, bellotas, castañas y, algunas veces, las menos, un “puñao” o una
“almorzó” de perras chicas, cosa que provocaba un pugilato entre los muchachos
para ver quién cogía más.
Aguja: (Del lat. acucula, d. de acus, aguja). Barrita puntiaguda de metal,
hueso o madera con un ojo por donde se pasa el hilo, cuerda, bejuco, correa,
etc con que se cose, borda o teje. Lo traigo a este Vocabulario porque, junto
con sus propias manos, forman las herramientas con las que trabajaban los
esparteros.
Ajilando: Llamada a la movilización, a la actividad. “¡Venga, ajilando to el
mundo! ” También se utilizaba para echar a alguien fuera de la casa o de algún
recinto o reunión. “Tú, ajilando de aquí”.
Ajilar: Andar, ponerse en marcha.
Ajocicar: (Hocicar). ( Es un derivado de hozar, que viene del latín vulgar
fodiare, cavar). Caerse y dar con toda la cara en el suelo, con los hocicos.
“Que si ajocica que si no ajocica que,¡coño!, hasta que no ajocicó no paró”.
Ajogailla: Ahogadilla.. Juego que consistía en meter la cabeza de alguien
debajo del agua, cuando nos íbamos a bañar al río. Nunca pasaba nada; solamente
el susto.
Ajogar: Ahogar. (Del latín affocare, apretar la fauces). También se utiliza
para decir que alguien es muy cobardica, que tiene poca resolución, que se
apura enseguida por nada. “Ya le conoces, éste s ’ajoga en un vaso de agua".
Ajotar: (De ahotar. Término muy usado, también, en Salamanca, León,
América Central y Puerto Rico). Azuzar a los perros contra algo o alguien. "A
ver si te ajoto el perro y te vas a enterar lo que es bueno
Ajunque: Colapso, trombosis, “ataque”, epilepsia, “paralís”. "No sé lo que le
pasó; le dio una especie de ajunque y se quedó asina ”.
Ajurracarse: Acobardarse, achicarse. "En el momento que me vio. el tío
estaba completamente ajurraeao”.
Ala de golondrina: Herramienta de guarnicionero. Era una cuchilla que se
utilizaba para cortar cueros.
Alagar: (Muy usado en Argentina y Bolivia). Llenar de agua, inundar,
encharcar, anegar. “No se puede ir al campo; con lo que ha llovido, está todo
alagaito ”
Alambrera: f. (De arambre) Cobertura de alambre, con forma de campana,
que se ponía en los braseros, para que la gente no metiera los pies en la lumbre.
Alañaor: Lañador. (De lañar, lat. laniare, desgarrar). El que ponía las lañas,
grapas metálicas que unían las partes que estaban rajadas o abiertas de los
utensilios caseros: botijos, platos, ollas, cántaros, etc.
Albañal: (Del ár, al-balla’a, la cloaca) m. Canal o conducto de salida para las
aguas sucias de las casas.
Albarda: (Del árabe al-barda’a ) f. Pieza principal del aparejo de las caballerías,
compuesta por dos especies de almohadas rellenas de bálago y unidas por
la cincha.
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Albardero: El que hacía las albardas. Un oficio muy antiguo que, al igual
que el de cordelero, guardicionero, hojalatero, huevero, ranero, etc. ha desaparecido.
Albarillo: Albaricoque. (Del árabe al-bariquq. al-birquq). Fruto carnoso y
dulce de nuestro pueblo. “Albarillos con jormigas ”, era una expresión para
decir que algo estaba exquisito, muy bueno, porque los albarillos que tenían
hormigas eran los que estaban abiertos por el dulzor y las hormigas acudían a
ellos.
Albehaca: Albahaca. (Del árabe al-habaqa). Planta aromática, un ramito de
la cual se solían poner en un ojal de la camisa, los mozos, el día de
Santiaguito.
Alboroque: (Del ár. Al-buruk, regalo) m. Combidada, fiesta que se daba a los
amigos y familiares cuando se había hecho una buena operación comercial, o
por haber tenido un nuevo hijo, o por cualquier acontecimiento agradable y
que hubiese sucedido en la familia. Tiene el mismo origen que báraka, “bendición”.
El primer documento en el que aparece, viene como albaroc, año
965. Ya como alboroque, en 1554, aunque hay dudas de si no apareció en
1020.
Alcagüete: Alcahuete. (Del ár. qawwad). Persona chismosa, enredadora, que
va por ahí llevando habladurías, enredos, encubrimientos, etc. La palabra
alcahuete aparece ya en las Partidas, 1256. En portugués era alcoviteiro,
alcoveto y alcoite. En gallego antiguo, alcoyota, “alcahueta” ya en las
Cantigas. La palabra alcahuete parece ser que tiene el mismo origen que
alcahotear, con la diptongación o>ue.
Aldabilla: Diminutivo de aldaba. (Proviene del árabe ad-dabba. El picaporte,
el cerrojo). Es una pieza de hierro en forma de gancho que, entrando en
otra pieza en forma de hembrilla, servía para cerrar los postigos, las puertas,
las ventanas..., etc.
Alfañique: Persona delgada, con poco peso y menos fuerza.
Alforja: f. (Del ár. al-jur^ya = la talega pendiente del arzón de la silla).
Recipiente formado por dos bolsas grandes, cuadradas, unidas por una cincha
central, por donde se colgaban de la caballerías, o bien del hombro del hom21
bre. Eran muy utilizadas por los hombres del campo para llevar cosas de poco
peso, como la hortera y el barril del agua.
Alicate: (Del ár. al-liqat, la tenaza). Tenaza de acero pequeña, utilizada por
algunos artesanos, entre ellos, los relojeros, los cuales las usaban de distintas
clases, según el trabajo que hacían: de cortes, para cortar; de plano, para
poner derecha alguna pieza; de puente redonda, para redondear los alambres.
Almorzá: Lo que coge en las palmas de las manos juntas. Seguramente se
refiere a la cantidad de comida destinada para el almuerzo, (garbanzos, judías
o frejones, jabichuelos, etc).
Alperchín: ( Del mozárabe al-pechin, y éste del latín * faecinus, de la hez)
m. Alpechín. Líquido espeso, oscuro y maloliente, que sale de las aceitunas
cuando ya se ha extraído el aceite.
Alquibí: Tubo de hierro fundido, de forma cónica, por el cual el fuelle inyectaba
el aire para azuzar el fuego en la fragua.
Aireó: Alrededor. “Siempre anda aireó de las cosas; nunca va al grano directamente”.
Andar aireó de una persona es estar siempre a su lado, acompañándola,
pendienmte de sus caprichos o necesidades.
Altamuces: Altramuces. Del árabe at-turmus.
Aluego: Luego, después. “Aluego te lo voy a decir yo a ti”.
Alunar: Estropear. Había veces que las cosas se estropeaban (la chicha, los guisos,
etc), y se le echaba la culpa a la luna. Es más, cuando los niños pequeños
se ponían malos, se decía que los había cogido la luna, que estaban alunaos. Y
hasta había una especie de collar o pulsera para evitar que eso sucediera.
Alvedriao: Del color del vidrio, inexpresivo, “con esos ojos alvedriaos,
como los ojos de los muertos”, que dijo Luis Chamizo.
Alvellana: Avellana. (Del latín abellana, de Abella, ciudad de Campania).
Hay una canción popular de Villanueva que dice: “partí una, partí dos, partí
tres / salieron vanas. Las palabras de los hombres / son como las alvellanas
Amachambrao: Sujeto, bien cogido. “Sujétalo tú por ahí, que por aquí lo
tengo yo bien amachambrao
Ambigú: (Del fra. ambigú, bufé). En Villanueva, no sé muy bien a qué viene
ese galicismo, llamábamos ambigú al servicio de bar que había en los teatros,
cines, salas de baile y verbenas. Había costumbre de, mediada la película o la
obra teatral, hacer un descanso para que la gente se tomara una gaseosa, una
cerveza, un café...etc. “Vamos a tomar un caballito al ambigú”. (Ver caballito).
Amo‘j: Vamos. Se suprime la v cuando la palabra es principio de frase; si la
palabra está en el medio o al final, no la pierde (la s no se pronuncia nunca,
suena como una especie de j). Hay un saludo muy característico de Villanueva
cuando alguien pasa y otro está haciendo algo, por ejemplo, limpiar los “jabichuelos”
en la calle. “Amo’j con ello”, dice uno. “Con ello vamo”, contesta
el otro. “Amo a ver si es que nos enteramos de una vez”. “Amo’j allá”.
Amolar (se): Fastidiar, aguantar, fastidiarse y aguantarse. “¡ Hombre, no me
amueles/”“¿Qué te he hecho daño? ¡Pues te amuelas/” “¡Joder, tío, cómo
te has puesto, hay que amolarse”.
Amoragao: Colapsado, atorado, morado, sin respiración. Dícese, también, de
la persona que tiene la cara morada, sanguinolenta, propia del bebedor de
vino; del que está alcoholizado.
Amoto: Moto. “Ten c nidia o con el amoto, que es un bicho peligroso
Ancá: Especie de contracción que indica ”a casa de...” “¿A dónde vas? Ancá
mi agüela, o mi tío, o mi amigo..etc.
Andarrío: Fusca y ramas que se llevaba la corriente de los ríos cuando había
crecidas Individuo que anda sin rumbo, sin mucho criterio. Poco serio y consecuente.
"No te puedes fia r de éste, no ves que es un andarrío
Angarillas: (Del lat. angaria ) f. Armazón compuesta de dos varas con un
tabladillo en medio, en que se llevaban a mano materiales de construcción,
utensilios y, en algunos momentos, personas accidentadas.
Anillas: (Viene de anillo, y éste del lat. anellus, aro pequeño). Aros de metal
u otra metería que sirve para colocar colgaduras o cortinas.
Antepecho: Especie de chaleco que usaban los segadores. Estaba hecho de
lona y cuero.
Ansioso: (Del lat. anxiosus) adj. Egoísta, acaparador. Persona que no se conforma
con nada, que lo quiere todo. “No se conforma con nada; es un ansioso
Antié: Ante ayer. “Le vide antiépor la tarde".
Antojeras: Anteojeras. Piezas de material que tenían las jáquimas y que caían
junto a los ojos de las caballerías para impedir que viesen de lado.
Añugarse: Añusgarse. (Del latín *innodicare, de innodare, añudar), prnl.
Atragantarse con la comida. “Muchacho, mastica despacio, que te vas a añugar;
que te tragas la comida entera como los pavos ", Cuando la garganta se
hace un nudo y te impide tragar la comida.
Apalabrar: Dar la palabra. Quedar de acuerdo en un trato o en un compromiso.
“La compra de la casa ha quedado apalabrada". Es decir, se ha llegado
a un acuerdo y ambas partes harán lo que se ha apalabrado.
Apaño: Viene de apañar, coger, componer, arreglar. Parece un derivado de
paño (del lat. pannus). El primer testimonio se halla en un anónimo mozárabe
de 1100, en apatma búlbas o apanna púppas, para dar nombre al jugo de
una planta que se empleaba para juntar o cicatrizar heridas. El vasco apaindu,
“arreeglar, adornar”, es otra prueba de la antigüedad de la palabra. Acomodo,
avío, conveniencia, son otras de sus significaciones. Cuando, por cualquier
circunstancia, en las casas no se mataba un cerdo para hacer la matanza, se
compraba carne y con ella se hacía “el apaño”. También significa conformarse
y amoldarse a las circunstancias. “Por mí no te preocupes; yo me apaño
con cualquier cosa
Aparente: (Del lat. apparens, -entis, p.a. de apparere, aparecer). Oportuno,
conveniente, válido. “Este es un sitio mu aparente pa lo que tú quieres”. “Te
voy a presentar a fulanito, verás que tío más aparente ”.
Apatacajones: Forma de sentarse. Consiste en sentarse en una silla a horca24
jadas, como si estuvieses cabalgando.
Apechugar: Viene de pecho (del lat. pactum, pacto. Contribución o censo
que se paga a otro sujeto, aunque no fuera ley). Cargar con algo, responsabilazarse,
admitir las consecuencias de un hecho. “Ya te dije que tuvieras cuidado;
ahora no te queda más remedio que apechugar”.
Apelmazao: Espeso, pesado, poco fluido. “Este año te han salido los jornazos
un poco apelmazaos”. También significa estado de desánimo, sin fuerzas,
sin ganas de nada, con poco ánimo.
Apencar: Ver apechugar. “Cada cual que apenque con su delito”.
Aperruchar: Dejar a alguien sin dinero. Arruinar. “Estoy aperruchao” (No
tengo una perra). Los muchachos lo utilizábamos cuando jugábamos a las
bolas, a los santos, a las “jabatas”, y nos quedábamos sin material.
Apipao: Bebido, ebrio, borracho. “Déjale, que estaba bien apipao ”.
Apiparse: ( de a y pipa, tonel). Pml. Atracarse de comida o de bebida.
Apoquinar: Pagar una deuda o una consumición. “Apoquina alguna vez, que
eres más roñoso que nadie
Arao: Arado. (De aradro) Instrumento de agricultura para labrar la tierra. Sus
partes son: vertedera, mancera, cama, dental, cuchilla y reja.
Areneros: m. Pequeños contenedores de arena fina, de río. Esta arena se utilizaba
en la fragua, para esparcirla sobre el hierro, cuando éste alcazaba la
temperatura de calda, y así evitar la oxidación del mismo.
Arrancar: Empezar a suceder algo, comenzar una acción. Estábamos tan
tranquilos, sentados en el suelo, cuando arrancó a llover y nos pusimos pingaditos.
Arre: Exclamación que se hacía a las caballerías para que echasen a andar.
“¡Arre, burro!”.
Arreate: (Del ár. Ad-ri\ad. Los jardines). Arriate.
Arrebañar: Rebañar. (Del lat. rapineare, quitar). Juntar y recoger. Limpiar,
acabar con todo. Arrebaña ese plato
Arrebato: (De rebato, del árabe ribat,) Ataque repentino. "Hay que tener
mucho cuidado con él; le dan unos arrebatos que
Arrebujar: (De a y rebujo) tr. Mezclar cosas sin orden ni concierto. Si se
estaba haciendo la maleta, por ejemplo, y el tiempo apremiaba, se solía decir:
"No te pares en ordenar la ropa, arrebújalo todo como sea " Hay una comida,
muy humilde, que se llama “ patatas al rebujón Se freían las patatas en
rodajas finas, y cuando estaban doraditas, se les echaba unos huevos y se arrebujaba
todo.
Arrechucho: Enfermedad espontánea y de poco gravedad.
Arrechuchones: Golpe de enfermedad muy continuados y frecuentes. "Ultimamente
le están dando unos arrechuchones que...
Arrejuntarse: Vivir un hombre con una mujer sin estar casados. “¿Te has
enterao? Pues que fulanito se ha arrejuntao con venganita”.
Arrempujar: Empujar. "¡Chacho, no arrempujes tanto que vamos a ajocicar".
Arrepiñar: (Viene de rapiña) Ir cogiendo todo lo que se encuentre. Arramplar
con todo.
Arrepío: Reacción impensada y violenta. Pronto. “Como le dé el arrepío ...,
ya no se puede hacer carrera de é l”.
Arriscao: Simpático, agradable. "¡Qué arriscao es este muchacho!”. “¡Eh,
tú, arriscao, tráeme el botijo!". También se usa para decir que alguien está
bien vestido, limpio y aseado. “Arríscate, que nos vamos al cine”.
Arriscarse: Ponerse guapo/a, bien vestido y bien arreglado.
Arrope: (Del ár. Ar-rurb, el jugo de frutas cocido) m. Dulce hecho con los
posos de la miel, negruzco y espeso, al que se le acompañaba con trozos de
calabaza. Muy rico.
Artesa: recipiente de madera, casi en forma de barca, donde se amasaban y
guisaban los chorizos, salchichones y morcillas en las matanzas.
Aruñar: Arañar.
Asina: Así, de esta manera; así que. “Ya te he dicho lo que hay; asina que tú
verás lo que haces
Asprés: Sin enterarse, sin comprender nada. “Esta gente habla tan finolis,
que uno se queda asprés
Atacao: Que padece alguna enfermedad o alguna alteración emocional.
“Desde que le dejó su novia, está atacaito de los ner\’ios
Ataero: Atadero. (Viene de atar, del lat. aptare = unir, juntar, sujetar). Soga,
cuerda o cordón con lo que se solía atar cosas pequeñas. Por ejemplo: lo ataeros
de los zapatos o de las botas; el ataero de los morrales y de las talegas,
que servían para atar las bocas, cerrarlas y, después, se colgaban del hombro.
. Había una expresión que se usaba para decir a alguien que era poca cosa.
“¡Cállate tú, morral sin ataero, que eres aun morral sin ataero!”
Atajaíllo: Cuadra, zahúrda para los cochinos, que se habilitaban en los corrales
de las casas, donde se cebaban los cerdos con vistas a las matanzas del año.
Ataque: Congestión, epilepsia, infarto. También significa golpe espontáneo y
violento. Ejemplo: golpe de risa, de tos, de cólera. “Le dio un ataque v se
quedó frito
Atrancar: Echar la tranca de la puerta. Antiguamente, casi todas las casas
tenían un atranca, que se echaba por las noches para más seguridad. También
significa entorpecer, obstaculizar una acción o a una persona.
Atrancarse: Es pararse en lo que se está haciendo por tener dificultades que
vencer. Se atrancaban los carros en le barro de las calles y los arados en las
tierras. Había una canción, que se cantaba en Navidades, y que era un justificante
para beber. “Y se le atrancó / y se le volvió a atrancar / Y por señas
pedia la bota / porque le faltaba la respiración Mientras se cantaba eso, uno
bebía de la bota sin descansar, hasta que se la daba a otro y empezaban de
nuevo la canción. Así, hasta que bebían todos.
Avé: Interjección que denota admisión, conformidad, recelo, ect. “¿Cómo es
que has hecho esto, hombre? ¡Avé, yo que sé!
Aviao: Arreglado, vestido, preparado. “Espera que me avío en un momento”.
También se utiliza para mostrar que alguien no está haciendo lo correcto , o
que su comportamiento no es el normal. ¿Con eso quieres tú cortar una
rama? ¡Estás aviao!
Azada: (Del lat. asciata, de ascia). Instrumento que consiste en una lámina o
pala rectangular de hierro, ordinariamente de 20 0 25 cm. de lado, cortante
uno de ellos, cuyo lado contrario está provisto de un anillo donde encaja y se
sujeta el mango. Sirve para cavar la tierra, remover el estiércol, hacer hoyos
para plantar árboles, etc. Hay varias clases, según tamaño y trabajo: de cuchilla,
para cavar y remover Ja tierra; de abrir cepa, para acarrear tierra al tronco
de las cepas o de los árboles; enterraora, la más grande de todas, con la
que se hacían los agujeros más profundos y que, antiguamente, se utilizaban
para hacer las fosas de los difuntos, de ahí su nombre; y manogato, pequeña,
que se utilizaban para limpiar las cepas.
Azafate: (Del árabe as-safat) Fuente, cesta, canastillo, bandeja de poca altura,
que se utilizaba, principalmente, para la comida.

B

Bacía: f. (Del lat. bacchia, taza). Fuente, generalmente de porcelana, que se
usaba para contener alimentos, líquidos, etc. (Ver palangana y jofaina)
Bacinilla: Diminutivo de Bacina. (Del lat. baccinum, taza). Orinal.
Escupidera. Se solía poner debajo de la cama porque, antes, la mayoría de las
casas no tenían retrete; las gentes solían hacer sus necesidades o bien en las
cuadras, o bien en el “joyo el estiércol". (Ver joyo)
Badajo: (Del lat. vulg. batuaculum, derivado de battuere, batir). Pieza metálica,
generalmente en forma de cachiporra, que pende en el interior de las
campanas, y con la cual se golpean estas para hacerlas sonar. En los cencerros
y esquilas suelen ser de madera o de hueso.
Badila: (Del lat. batillum). Utensilio en forma de cuchara, generalmente de
hierro, que se usaba para dar vueltas al brasero. En algunas casas había badi
las de cobre, muy artísticas, con unos dibujos y forjados muy bonitos.
Badilejo: Paleta, llana, de los albañiles.
Bajarera: Borde que tienen los picos de los pájaros cuando son pequeños.
"Pupas”, ampollas que salen en los labios y que aquí se les llama “calentura
dormilona”.
Bajo: Despreciable, rastrero, de mala condición. Individuo poco recomendable.
"No te fíes de fulanito, que es un tío bajo”.
Bálago: Paja larga de los cereales, principalmente del centeno, con la que se
solía “chamuscar” a los cerdos el día de la matanza.
Baldao: De baldar ( del árabe batíala, anular, inutilizar). Persona que está
muy cansada de tanto trabajar y que le duele todo el cuerpo por ello. Dícese,
también, de esas personas que tienen algún defecto físico que les impide andar
y moverse normalmente. Es como un sinónimo de tullido. "Hemos estado
subiendo los sacos de trigo al doblao y me duele too el cuerpo; vengo baldaito
perdió”. También se utilizaba para decir en el estado en el que se dejaba
a alguien a quien se le había dado una tremenda paliza. “Le han dado tal
paliza que le han dejado baldao”.
Balde: (Del árabe batil, vano, inútil, sin valor). Gratis, sin valor material.
Gratuitamente, sin coste alguno. En Villanueva se conocía la Escuela Pública
como la “Escuela de balde”, para diferenciarla de las “Escuelas de pago o
particulares", que era donde iban los más ricos o pudientes.
Baleo: (Del celta, balanz, plantas para remover y hacer escobas). Andar, pasear,
dar vueltas sin un rumbo fijo. “Aónde vas? Voy a ver si doy un baleo por
ahí”.
Bandú: Viene, seguramente, de bandullo. Estómago, conjunto de tripas,
vientre. Mondongo. Después de una caldereta o de una boda, se le solía decir
a quien comía demasiado: "Cualquiera te lava a ti hoy el bandú ”
Banquillo: Herramienta de relojero. Se trata de un útil de hierro con agujeros
para clavar ejes de volante.
Baño: (Del lat. balneum.) Recipiente de barro o de zinc muy utilizado en las
casas antiguamente. En el verano, se solía poner un baño de barro lleno de
agua, en el corral, para que se calentara durante la siesta y luego bañar a los
chiquillos por la tarde, ya que no había cuartos de baño. También es usada
para resaltar una pérdida en alguna partida de cartas, o de otro juego cualquiera.
“¡Anda, que menudo baño nos han dao!
Barbecho: (Del lat. vervactum, de vervagere). Tierra labrantía que no se
siembra en un año o más, quedándose para hierba, pudiendo entrar cualquiera
con sus animales, pues se consideraba abandonada. Hay una canción de
quintos en Villanueva que dice: “No me importa di a Melilla / ni pasar por el
Estrecho / lo que importa es mi morena / que se queda de barbecho ”...
Barra: (Tiene un origen incierto. Segurtamente viene del lat. vulgar barra).
Pieza de metal, antiguamente de hierro; luego, de acero, cuadrada o rectangular,
con la que se hace la romana. En ella se graban las marcas del peso, tarea
que era muy complicada y que se hacía a mano, utilizando un compás muy
especial para hacer las divisiones.
Harrear: (De barrearse, revolcarse en los lugares donde hay cieno y lodo).
Ganar en una competición, juego o disputa con absoluta autoridad, imponiéndose
totalmente al adversario. Seguramente este término viene de épocas
anteriores, cuando los juegos eran más físicos que de otra clase. Recuerdo que
nosotros, de chiquillos, jugábamos a “las caías” (caídas). Consistía en luchar,
forcejeando, hasta que uno vencía al otro y le tiraba al suelo. Como era natural,
en el suelo seguía el forcejeo y al ser el suelo de barro, pues el que estaba
debajo terminaba embarrado.
Barrena: (Seguramente viene del lat. veruina). Instrumento de acero, utilizado
por los carpinteros, de varios gruesos y tamaños, cpon una rosca en espiral
en su punta y una manija en el extremo opuesto. Sirve para hacer agujeros.
Barreo: Paliza dada en el juego. Cuando le preguntaban a alguno que qué tal
había ido la partida de cuatrola, o de subasta, o de parchís, etc, se solía contestar:
"Les hemos dao un barreo de campeonato”. ¡ Vaya barreo que nos han
dao!
Barreritas: Recortes en la carrera para impedir ser cogido. Las madres solían
decir, con tono amenazante, cuando llamaban a sus hijos y éstos se resistían
por miedo a una palmada, ¡muchacho, no me hagas barreritas!
Barril: Vasija de barro, que hacían los cacharreros, para contener el agua que
se solía beber en las casas o en el campo. Tenían un gran vientre, con una boca
(por donde se echaba el agua), un pito (por donde se bebía a garlo, es decir,
sin poner los labios) y un asa, que es por donde se les cogía.
Barrilera: Receptáculo más pequeño que las aguaeras, con tapa de madera
o de esparto, que se colocaba en el carro para llevar el botijo o barril del agua.
Este barril no era como los de la casa, pues tenía una parte plana, que es por
donde descansaba, y la boca. No tenía pito, por lo que se le solía llamar maricona.
Batacazo: (De origen incierto, seguramente es una onomatopeya). Golpe
fuerte, porrazo dado contra el suelo. (Ver chocazo).
Baticola: (De batir, rozar, y de cola, rabo de animal). Correa sujeta al trasero
de la silla o de la albarda de las caballerías, que termina en una especie de ojal
donde entra el rabo o cola del animal. Por su situación siempre estaba llena de
excrementos, por eso se solía decir en Villanueva: “Eres más guarro que una
baticola.
Bayunco: Viene de bayón ( De bodón, espadaña, del lat. buda). En Andalucía
y Extremadura, junco. Planta herbácea de la familia de las tifáceas. Con los
bayuncos, medio secos y preparados para la ocasión, hacían los silleros los
asientos de las sillas y banquetas. Era un oficio artesanal que tuvo su esplendor
recién acabada la Guerra Civil Española. También se utilizaban los
bayuncos el “Día del Señor”. (Ver juncias).
Bazuquear: Bazucar. (Del inglés bazooka). Menear o revolver un líquido
moviendo la vasija que lo contiene.
Berbiquí: (Del fr vilebrequin). Manubrio semicircular, o en forma de doble
codo, que puede girar alrededor de un puño ajustado en una de sus extremidades,
y tener sujeta en la otra la espiga de cualquier herramienta propia para
taladrar. Es muy utilizado por los carpinteros.
Berre: Llanto continuado y desconsolado. También se utiliza para definir el
enfado.
Berriondo: “Cachondo”, en celo. “Este tío está berriondo perdió” (Cuando
se encuentra salido, en celo de macho).
Betordo: Persona grosera, poco educada. “No le hagas caso, que “e so” es un
betordo”.
Bestiajo: Persona muy bruta, que se comporta como una bestia.
Bicharraco: Persona bruta, mal educada, grosera. “Ten cudiao con él, que
este es un bicharraco peligroso ”.
Bichear: Preguntar, indagar, para enterarse de cosas. Cuando se iba a producir
una operación de compraventa, era corriente que alguien bicheara para
enterarse de todos los datos posibles. “Tú bichea por ahí, a ver qué descubres.
Bichillos: m. Se llama así a los camarones que se vendían en “los puestos'
y estaban riquísimos.
Bicho: (Del dialecto bicho, y este del lat. bestius, bestia). Término impreciso
que se emplea en términos despectivos. Individuo peligroso, malo, nocivo, de
malas entrañas. "Ten cuidiao con ese, que es un bicho malo”.
Bigornia: (Del lat. bicornia, pl. n. de bicornius, de dos cuernos), f. Yunque.
Utensilio principal del forjador. Era de acero y con un peso que oscilaba entre
los cincuenta y los cien kilos, según tamaño. Sobre ella se apoyaba la pieza a
forjar, para poder darla forma con el martillo. Los extremos de la bigornia
lerminaban en unas puntas llamadas cuernos. Uno de ellos tenía forma cónica;
el otro, forma de tronco de pirámide cuadrangular. La bigornia se colocaba
sobre un tronco de encina, con el fin de situarlo a una altura cómoda para
que trabajara el forjador.
Bilha; Gorra, boina. Se llamaban así porque todas venían de Bilbao. Era un
prenda muy usada por los hombres del campo, los cuales solían caparlas, que
era cortarles el rabito que tenían en lo alto.
Bimba: Bomba para inflar las ruedas de las bicicletas.
Birris: Así se llamaba a unos pitillos de tabaco negro, que eran muy fuertes,
ásperos y duros de fumar., También eran llamados “mataquintos”, porque
cuando los quintos aguantaban la mili sin morirse, solamente les podían matar
los birris.
Bocel: (Del fr. bosse) Cepillo con canales y hierros semicirculares, que usan
los carpinteros para hacer medias cañas en la madera.
Boita: Así se llamaba al resultado de introducir una bellota en un “jigo
pasao" .
Bolas: Canicas, bolindres grandes.
Bolindres: Canicas. Solían ser más pequeños que las bolas. Eran de barro
cocido o de china, que eran los mejores porque no se rompían normalmente.
También las había de cristal, y se encontraban en las gaseosas, con los cuales
se tapaban.
Bolla: Dulce que se hace con la misma masa que los “jornazos", pero sin el
huevo en el medio. Son típicas de la Semana Santa.
Bonchinche (Bochinche): Agua o líquido que cabe en la boca. Se solía utilizar
como pequeña medida. “Eso es un bochinche de na". “¡Venga, hombre,
echa un trago; aunque sea un bonchinche!
Bordado: Pez típico de nuestros ríos, que no alcanzaba gran tamaño, y que
era muy estimado para hacer el ajo de peces o ponerlos en escabeche. Por desgracia,
han desaparecido prácticamente de nuestros ríos.
Borrachuzo: Persona que se emborracha con mucha frecuencia.
Borrajo: (Del lat. burrus-a-um). Rescoldo, brasa, ascuas provinientes de la
lumbre hecha con leña seca. De los borrajos se sacaba el material para los braseros
durante las matanzas. Y, en un aparte, se colocaban para calentar los
pucheros de la comida y las ollas con el agua para fregar los “cacharros".
Botijo: Viene de botija ( Del lat. butticula). Ver barril.
Brasero: (De brasa) m. Pieza de metal, honda, circular donde se hacía lumbre
para calentarse. Se solía poner encima de una tarima de madera, que tenía
un agujero en su centro para colocar el brasero. Era el único medio que tenía
la mayoría de las gentes para calentarse en el invierno. Se hacían con picón
mezclándole con un poco de carbonilla, procurando evitar los tizos, que eran
pedazos de carbón que no ardían y sólo producían mucho humo. “¡Quita ese
tizo del barsero, que va a pone toa la casa jumeando
Breta: Barra fina de hierro.
Brevero: Se llamaba así al que cogía las brevas, el cual procuraba coger las
que estaban en su punto, las recolgonas, dejando las demás.. De ahí viene que
se llame brevero a quien siempre quiere sacar provecho de las situaciones.
Aprovechado, interesado, egoísta. “O sea, tú te comes las presas y yo chupo
los huesos, ¿no? ¡Qué brevero éste!”
Broca: (Del lat. broccus, dentón). Barrena de boca cónica que usan los carpinteros
para hacer taladros en la madera.
Buche: (Del fra. poche). Estómago y vientre muy grandes. Cuando una persona
estaba muy gruesa, se le solía decir: “Cualquiera le llena a ese el
buche”. Bolsa en la que los segadores guardaban sus herramientas. Porción
de líquido que cabe en la boca. “Venga, toma un buchito de vino". .
Bucheta: Hucha de barro que solían hacer los “cacharreros”, En ella se echaban
las “perras” que te sobraban los domingos. El momento de romperla para
ver cuánto dinero tenía, era un momento muy emotivo.
Buchón: Palomo con el buche muy grande.
Bujarrón: (Del italiano buggerone, y este del lat. bugerum, sodomita)..
Persona despreciable, poco recomendable por no tener seriedad ni comprometerse
con nada ni con nadie. “A este tío no se le puede hacer caso; es un
bujarrón”.
Burrillo: También llamado *‘La Necesaria”, es una herramienta que usaban
los zapateros remendones. Consiste en una horma de hierro empotrada en un
trozo de tronco de árbol para que esté elevado, donde se metían los zapatos
para clavarlos las puntas y así proceder a coserlos.
Burros cachondos: En Villanueva, llamábamos así a al carrusel, que era una
atracción de feria. Las vueltas, las olas y los movimientos hacia adelante y
hacia atrás de los distintos animales que componían la atracción (caballos,
burros, tigres, etc), daban la sensación de que estuviesen borrachos, alegres,
descompuestos, “cachondos perdíos”.
Butaca: Entrada de privilegio en los locales de espectáculos públicos: cines,
teatros, circos, etc. En los cines, había dos clases de entradas, que marcaban
las diferencias sociales de la época: general (también llamado gallinero) y
butaca. A estas últimas, iban las gentes ricas, pudientes, que generalmente las
tenían reservadas, pues siempre se sentaban en los mismos sitios.

C

CACHABA: garrota
CALAMBUCO podía ser recipiente o vasija pero esta denominación aplicada a una persona adquiría el significado de torpe, inexperto.
CALDEAO: persona enfadada.
COCHAMBRE: algo está hecho una cochambre cuando está muy sucio.
CHUPITEL es una habitación pequeña, si además de reducida era destartalada y sucia se convertía en "CUCHITRIL". 

D

DERRENGAO: cansado, fatigado
DESPELUCAR: despeinar
DOBLAO: desván
DURAZNO: melocotón

E

ECHANGAR: estropear
EMPELOTAR: desnudar
ENTOAVÍA: todavía
ENSUCIAR: defecar
ESPELECHAR: mudar el pelo los animales
ESTREBEJIL un ruído súbito o molesto
EXCUSADA Para tachar a una persona de ser excesivamente curiosa.

F

FARRAGUA: desaliñado en el vestir.
FATO: Mal olor
FREJONES: alubias blancas 

G

GUARRINDONGO: guarro
GUIPAR: ver
GUSARAPO: larva de rana

H

HINCHA: Odio, animadversión, ojeriza
HOGAÑO: En este año en el que estamos
HORTERA: fiambrera donde llevaban los trabajadores al campo la comida.

I

IGUALA: mensualidad que se paga a los médicos
INTE: en el acto

J

JARRIO: ordinario, vulgar, maleducado, bruto
JOPEAR: irse, apremiar, meter prisa
JURRACO: afeminado, homokitu CRM iereual
JURRACA: alcahueta, cotilla.

K


L

LACHA: vergüenza.
LASCA: tajada
LLARES: cadena de hierro para colgar los calderos en las chimeneas.

M

MARAGALOFI: de balde, de gañote. Gratis.
MATURRANGA: engaños
MISTOS: cerillas 

N

NONA: pene

Ñ

ÑOÑA: mierda

O

ORILLA: cielo, horizonte, tiempo

P

PERIGALLO: especie de látigo en forma de porra que se hacía con juncias.
PIQUIÑA: picor en la piel
PANDO: Poco profundo. Se aplica a los platos conocidos en otros lugares como llanos, siendo una expresión más exacta, pues bien difícil sería comer en un plato verdaderamente llano. Se utiliza igualmente para referirse a aquellos lugares, -rios, piscinas, playa, etc- donde la profundidad del agua es poca. (Ej. "Tened cuidado, bañaros sólo en lo pando"). 

Q

QUECO: muñeco

R

RACHAR: hender, rajar
RELATAR: refunfuñar, mascullar
RONCHÓN equivalía a grupo abundante de alguna cosa -como espárragos- lo mismo que
LECHIGADA, si bien el primero en su sitio natural y la segunda en alusión a algo ya recogido.

S

SABIJONDO: persona que sabe mucho de todo.
SOCUELLO: resguardo.
SONCÓN: astuto

T

TIRALILLO: tirador
TOCHO: tacos de plásticos
TUBA: interjección para llamar a los perros

U


V

VELAÍ: he ahí
VELAQUÍ: he aquí
VIAJERA: autobús
VISO: prenda femenina, combinación.

Y


Z

ZAMARRÓN: persona inculta
ZAPATUNAS: aceitunas mal guisadas con mal olor.
ZURITA: paloma silvestre

Expresiones típicas

AJUNCARSE LA PAJARILLA: estar al límite del aguante
ANCÁ: a casa de
A PATACAJONES: montarse en las caballerías. A horcajadas. En el DRAE A CARRAMANCHONES
A TUMBO Y TALEGA, ir sin plan organizado y sin medios de un lado para otro dando tumbos y con talega de provisiones insuficientes.
DAR UNA PEGA consistía en burlar la vigilancia de quienes guardaban las fincas o de sus dueños, y llevar a cabo algún pequeño hurto preferentemente de frutas.
ERES MÁS GRANDE QUE EL DÍA DE LAS JUNCIAS: persona extraordinaria, maravillosa. El Día del Señor era de los más señalados en el pueblo conEL DÍA DE LA GIRA o LA CARRERITA. Después de pasar la procesión la calle se llena de juncias y la cogían los chiquillos para hacer los perigallos.
Del avispado dicen que ESTÁ COMO EL GATO, CON UN OJO EN EL ALMA Y EL OTRO EN EL PLATO siempre pendientes de una oportunidad para apropiarse de lo que le interesa.
FIRMAR COMO EN UN BARBECHO critica la ligereza de quienes firman despreocupadamente, sin leer los documentos siquiera. Los estudiosos de dichos populares se pierden en interpretaciones aplicables a esta comparación, pero a poco familiarizado que se esté con las costumbres del campo es fácil deducir su origen
HABLAR CON LA BOCA CHICA era tanto como de compromiso, por cumplir, todo lo contrario de
HABLAR A BOCA LLENA o sea con claridad y abiertamente.
SOLTAR UNA GAZPACHÁ era salir con una simpleza o una necedad
ARREMPUJAS COMO VACA FLACA: te atreves con cualquier cosa, aunque sea evidente que no podrás con ello.
COMO QUIEN SE PEE Y NO LO SIENTE: como quien no quiere la cosa.
EL DEMONIO TE ESCUPA EL CULO: se dice cuando has hecho una trastada.
ERES DE PIPA TRIGO: eres travieso/a o con fuerte carácter.
ERES MÁS FINA QUE LOS CORALES:  se dice de una mujer traicionera y ladina.
ERES MÁS FLOJO QUE LA PAJA AVENA: se dice de alguién que tiene poco aguante o poca fuerza.
ESTÁS COMO LA JACA DE LOS TÍTERES: de dice a las personas que están un poco locas.
HIJA DE MI COBIJA Y NUERA DE MI FALTRIQUERA: hace mención a que la hija te cobijará, mientras que la nuera intentará aprovecharse de tu dinero.
A BURRA QUE TE PASÓ EL RÍO: se dice cuando alguién ha hecho un acto descabellado.
LAS MAÑANITAS DE ABRIL SON MUY DULCES DE DORMIR: no hay mucho que explicar.
LOS HIJOS DE MI HIJA, NIETOS MIOS SON, LOS DE MI HIJO, LO SON O NO LO SON.
ME TIENES ARDIENDO COMO LA TÍA DE LOS MIXTOS: se supone que la señora saldría ardiendo en algún accidente con las cerillas.
NI LA PURGA BENITO, QUE ESTÁS EN LA BOTICA Y YA ESTÁ OBRANDO: se dice a alguien impaciente que quiere obtener resultados al momento.
NO SE LE OCURRE NI AL QUE ASÓ LA MANTECA: se dice cuando alguien realiza una acción absurda.
NO TIENES NI CHICHA NI CUAJAREJA: se dice de alguien muy delgado/a.
PARA TÍ LA PERRA GORDA: se dice cuando alguien discute y discute y al final para cortar la polémica se da así la razón al contrincante.
PEER EN BOTIJA Y QUE RETUMBE: se dice de gente que le gusta probar y tomar partido de todo, en muchas facetas de la vida.
POR PUDIENTE, LA MUJER POR PARIENTE
QUIEN TIENE CAMA Y DUERME EN EL SUELO NO HAY QUE TENERLE DUELO: quien hace algo comprometido sin necesidad, no levanta compasión.
QUIEN TROPIEZA Y NO CAE AL SUELO ADELANTA TERRENO
TÚ TE CREES QUE UN HIJO SE CRÍA EN LO QUE SE CRÍA UN MELÓN: hace referencia al cuidado que se tiene con los hijos, que cuesta mucho esfuerzo sacarlos adelante.
UNA SARTÉN SIN RABO ME DIO MI SUEGRA, CADA VEZ QUE REÑIMOS LA SARTÉN SUENA
ESTATE QUIETO, A VER SI VAS A HACER ALGUNA QUE JIEDA: que vas a provocar algún accidente.
JIEDES A MONTUNO: Hueles fatal (a monte se supone).
ERES UN PEO JIEDE: eres una persona remilgada y que se molesta con cualquier cosa.
MIENTRAS SUENA ESA TROMPETA, LOS MÉDICOS A HACER PUÑETAS: se refiere a que la persona que expulsa bien las ventosidades no tiene problemas de salud.
TIENES COSAS DE BOMBERO VIUDO: dices o haces cosas de persona no muy coherente (con simpleza).
VAS EN BUSCA LA CAGÁ LAGARTO: vas buscando algo pícaramente; en busca de novio/a, en busca de fiesta...

Expresiones:
- Perozo: Se dice de alguien que es muy bestia. Ej: "Estás hecho un perozo o una peroza"
- Fiera corrupia: el significado es semejante al de la expresión anterior.
- ¡Que valor!: expresión de sorpresa, ante alguien que hace algo que se le sale de sus posibilidades. 
- ¡Andanda!: expresión de sorpesa.
- Jiedes a bobillo: semejante a "jiedes a montuno". Bobillo se refiere a la Abubilla, ave de la que se dice que sus nidos huelen (jieden) muy mal.
- Corcio: interjeción parecida a "¡coño!", pero suavizada.
- Súpita: se utiliza de una forma similar  a "Soncón" (véase más arriba), para personas astutas, "que las matan callando".

Motes y apodos de Villanueva de la Serena por Arturo López


Agradezco la colaboración de Margarita y Ángela Gallego Mendoza, que son en realidad tan autoras de este artículo como yo, sino más, y a Matilde y Margarita López Gallego, que se han encargado de ir recopilando los motes, cuando las mayores los iban recordándo. Algunos otros apodos, bastantes también, han sido recordados por Dolores del Reino, por su tío Ventura Muriente, por Arturo Gallego Mendoza y, los menos, por mí mismo.


Este es un pequeño artículo, en el que se recogen, con la ayuda imprescindible de las personas mayores de mi familia, un buen número de motes y apodos populares utilizados en Villanueva de la Serena para denominar e identificar a personas y familias, a la manera tradicional en que se hace en muchos pueblos de España, en algunos de los cuales incluso se han llegado a editar guías telefónicas usando los apodos en lugar de los nombres y apellidos para identificar a los vecinos. Tendrían estas guías una intención jocosa, pero seguro que también les servía para encontrar a vecinos a los que incluso no se les reconocía por su verdadero nombre. 

No hay mala intención en este artículo, no hay interés alguno en producir una ofensa a ninguna persona, y si lo hago, pido disculpas de antemano. De hecho, también incluyo los motes de mi familia (“Los Coroneles” y “Los Paulitos”), aunque no son ofensivos, la verdad. Este artículo sólo pretende recoger estos apelativos porque son llamativos la mayoría de ellos, y en muchos casos muy graciosos. Los más jóvenes, que ya no lo somos tanto, nos hemos reído mucho con algunos apodos especialmente ocurrentes, también sin ánimo de hacer daño, porque de hecho, lo hacíamos sin ni siquiera pensar en las personas designadas por ellos, ya que a muchas, ni las conocíamos. Los mayores, quienes los nombraban y nos los ofrecían sin querer para nuestro divertimento, los usaban de otra forma, lo hacían para identificar a una persona determinada, pero en muy pocos casos, estoy seguro, con mala intención. Curiosidades y algunas interpretaciones Antes del listado de apodos expongo muy ligeramente una serie de curiosidades y de posibles interpretaciones con respecto al significado de los apodos recogidos en este artículo. Algunas de estas interpretaciones quizás no les parezcan correctas a los portadores de estos motes porque conozcan bien la procedencia de los de sus familias y sepan las razones reales de sus motes; aquí sólo he tratado de hacer suposiciones, esto no pretende ser un estudio profundo; aunque sí que le puede servir de arranque a alguien que quiera hacerlo de verdad. 

Por ejemplo, he apreciado que hay muy pocos apodos relacionados con temas kitu CRM iereuales, y además no tengo mucha seguridad de que los que me ha parecido que tienen esa procedencia la tengan realmente. Entre estos quizás puedan nombrarse: “La Trasfollá”, “La Maricona”, o “El Chocha”.

De los que si que hay bastante son de los de temática escatológica: “Los Caca”, “Cagueta” o “La Cagona”; también bastantes relacionados con cierta aprensión a la higiene: “La Pringue”, “La Culopuerco”, “La Jedores”, “La Guarricha”.

Otro grupo destacable serían el referido a características o defectos físicos (“Milhombre”, “Medio Litro”, “El Gigante”, “La Colorá”, “El Tapón”), y otro, el relacionado con defectos psíquicos (“Talento”, “La Gazpacha”, “La Taruga”, “El Dormío”) –apreciese la ironía en ambos grupos-.

Otros apodos parecen proceder de costumbres o de comportamientos llamativos: “La Mirona”, “La Hija” (se supone que repetía continuamente esta palabra, como coletilla en las frases: “ … pues hija,…”. Aquí, en este mismo sentido, podríamos quizás mencionar a “Mivida”.

En bastantes de ellos llama la atención la pronunciación típica de Villanueva y comarca: “La Jilacha” (en lugar de “Hilacha”, “La Jocica” por “Hocica”, “La Malpeiná” por “Malpeinada”), aunque este último es menos representativo de nuestra forma de hablar.

Muchos motes es evidente que tienen que ver con las profesiones: “La Alpargatera”, “La Cabrera”, “La Jabonera”, “El Tinajero”, “Los de la Lana”, “Los Picapedreros”, etc. Este quizá sea el grupo más abundante, y quizás más interesante (al menos para mí) por cuanto nos aporta bastante información sobre profesiones que hoy en día han desaparecido de nuestra tierra, y que son casi ya, parte de la historia.

Otros muchos también, con los apellidos o los nombres de algún ancestro: “Las Barquitas” (eran Barco de apellido), “Los Mata” (nietos de Juan Mata), o “Los Paulitos” (mi bisabuelo se llamaba Pablo y eran, la mayoría de hijos y nietos, de reducido tamaño).

Con la procedencia geográfica también podía hacerse un grupo más o menos numeroso: “La Calabazona” (de Don Benito), “La Maragata” (de la comarca de La Maragatería –creo que se llama así esa comarca-, “Los Coroneles” (de La Coronada), “Los Jabeños” (de La Haba) o “El Valenciano”. Las procedencias de otros son lejanas: “El Habanero”, “La Gringa” o “Las Cubanitas”, los cuales tienen incluso cierto tinte literario, como algún otro, que no tiene que ver con la procedencia geográfica, “La Malavida”, por ejemplo. Otros que si que parece que tienen que ver con esto (“Los Chinos”, “La Morita” o “El Judío”), a mi entender, no dicen nada en realidad de su procedencia y sí probablemente de su parecido físico con estas razas. 

Por último, con respecto a las curiosidades, he notado que hay un número de motes equivalente para mujeres que para hombres: 86 frente a 88. Sin embargo, cuando se trata del plural, o sea, cuando se hace referencia a la familia por el mote, la mayoría de las veces es masculino 47 frente a 21; aunque a mi entender, el plural masculino no indica algo destacable en este aspecto, ya que habitualmente los plurales referidos a las personas son masculinos (se dice por ejemplo: “en casa somos cinco hermanos; tres hermanas y dos hermanos”), y sí lo hace el que el plural sea femenino, si llama la atención; por ejemplo, si nos fijamos en “Las Gatitas”, ¿porqué en femenino?, ¿es que eran o son más mujeres que hombres en la familia?, ¿o son sólo mujeres?, ¿o es que son las únicas, las mujeres de la familia, las que tienen alguna característica que recuerde a los felinos? Son en total 242 motes los recopilados; una lista abierta en realidad, que puede ser completada por muchos de nuestros mayores.

Sin más elucubraciones, a continuación se exponen todos los que hemos conseguido recopilar; los he agrupado por kitu CRM iereo, primero hombres, en singular, después mujeres, también en singular, después los de éstas mismas en plural, y por último los de los hombres en plural; podríamos haber hecho estas agrupaciones según la etimología, lo que habría sido más interesante, aunque realmente mucho más difícil; lo dejo para algún erudito. Los Motes:


Barbancho
Bigote
Bugui o Booguie (Pepito Bugui)
Cagueta
Calambuco
Capricho
Carchena
Chirri
Clarín
Corchete
El Alacrán, los Alacranes
El Albardero
El Beato
El Campano
El Cardillito (y Las Cardillitas)
El Chato
El Chicha
El Chocha
El Civilillo
El Coleto
El Cuenco
El de las Manos Grandes
El Divertío
El Dormío
El Durazno
El Gallinero
El Gargantillo
El Gato
El Gigante
El Gilito
El Habanero
El Judío
El Lagarto
El Lavanderillo
El Monjero
El Morón
El Olivero
El Palomillo
El Pantera
El Pastorcillo (las Pastorcillas)
El Pecoso
El Perrero
El Pichita
El Piculín, o la Piculina
El Porra
El Porro
El Quitapena
El Rabioso
El Redomao
El Redondo, o la Redonda
El Retuerto
El Roío
El Rubio (Pepe El Rubio)
El Rubito
El Serrucho
El Sevilla
El Tapón
El Tinajero
El Tinajita
El Tío Pijo
El Tolové
El Tonelero
El Tórtola
El Tumba
El Valenciano
El Vivillo
Luchana
Luis Ratón
Medio Litro
Milhombre
Morrete
Naranjito
Ojo Uva
Paca la Corbata
Paca la Pucherera
Paja Larga
Pajarito
Pancho
Patanafre
Penalti
Petronilo
Pijolo
Piojito
Pirri
Porrilla (José Porrilla)
Relámpago
Talento
Zamorita
Zarra
Zuro (Paco Zuro) La Acea
La Aleja
La Alpargatera
La Bocafresca
La Botera
La Cabrera
La Cagancha
La Cagona
La Calabazona
La Cañera
La Capitana
La Carabinera
La Cardita
La Chalana
La Chaluca
La Chamarreta
La Chela
La Colorá
La Culopuerco
La Exprés
La Forgalla
La Gabina
La Garmaza
La Gazpacha
La Gringa
La Guarricha
La Guinda
La Gurrumbela
La Hija
La Huespeda
La Jabonera
La Jamona
La Jedores


La Jilacha 
La Jocica 
La Jorja
La Lorita
La Machaíta 
La Machaquita
La Malavida 
La Malpeiná
La Manzanita
La Maragata
La Maricona
La Medioverano
La Merota 
La Mirona 
La Moñúa
La Morcilla
La Morenilla
La Morita
La Mosquilla
La Nananino
La Negra
La Ochavita
La Olivara
La Paloma
La Pañera
La Pata 
La Pavita
La Pelicana 
La Pellejera
La Pendeja
La Perica 
La Pescaora
La Picapedrera
La Pola
La Polla o la Pollita 
La Pringue ó Pringue –a secas-
La Ranita
La Rata Pelá (o las Ratas)
La Reina
La Remolina
La Ruiza
La Sacristana
La Sevillana
La Tarrina
La Taruga 
La Tilera
La Tocinita
La Trasfollá
La Urdiera
La Valera
La Zapatita
Monacilla
Moñogordo Las Barquitas 
Las Casablanca
Las Chaparrúas o los Chaparrúos
Las Chorras
Las Colorás
Las Cornetas
Las Corujillas (o las Corujas)
Las Cubanitas
Las Cuencas
Las Currajas
Las Dibujas
Las Esparteras
Las Ferrelas
Las Gatitas o los Gatitos 
Las Mayitas
Las Molineras
Las Mompora o las de Mompó 
Las Moñinas
Las Pastoras
Las Porras o las Porritas
Las Serranas Los Bacinillas
Los Berrendos
Los Caballistas
Los Caca
Los Cachurrines
Los Camisones
Los Caraciolos
Los Carneburro
Los Cartabones
Los Casaítos
Los Cavitos
Los Chavitos
Los Chica
Los Chinos
Los Chocolatitos
Los Chorros
Los Cincuenta
Los Coloraos
Los Colores
Los Colorines 
Los Cordobitas
Los Coroneles
Los Coruja 
Los Cucharillas
Los de la Lana
Los del Carro
Los Feos
Los Jabeños
Los Juanacos
Los Mangarra 
Los Mata 
Los Mivida
Los Mosqueteros
Los Palillos
Los Panduros
Los Papas Crúas
Los Pava
Los Paulitos 
Los Pelotas
Los Pelucas
Los Picapedreros
Los Preciosos 
Los Regaña
Los Repeones
Los Risquera
Los Santitos
Los Tocinitos
Los Tormenta
Los Villanueva 


Entrevista a Tomás Chiscano - Programa El Rincón Extremeño

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