Con la desintegración del imperio romano (s. V) y con el proceso de ruralización que le siguió, asistimos a un vigoroso resurgimiento de los caracteres autóctonos de los diversos pueblos peninsulares. La conquista musulmana del siglo VIII y la nueva población que se estableció en España proveniente del Próximo Oriente y Norte de África, introducirán un nuevo factor de diversidad étnico-lingüística. Toda lengua viva presenta un carácter dinámico, fluctuante e inestable, así ocurrió con el latín y con las lenguas de él nacidas.
Lenguas peninsulares. El panorama lingüístico en el siglo X |
En el norte con zonas todavía por romanizar surgirán diversas lenguas románicas: el galaico-portugués primero una sola lengua que luego se dividirá en dos idiomas, el astur-leonés con sus variantes, el navarro-aragonés, el catalán y el castellano que fue a la larga el más vigoroso y dinámico. Fuera del área romanizada quedó parte de Vasconia donde pervive la única lengua no indoeuropea del occidente europeo: el euskera.
El mozárabe era la lengua más hablada en Al-Ándalus , se llamaba así al complejo grupo de dialectos romances surgidos del latín vulgar visigótico que con elementos árabes eran hablados por cristianos y musulmanes en la España islámica hasta muy entrado el siglo XII y ha tenido gran influencia en los arabismos del español y de la toponimia peninsular. El pueblo zamorano denominado Coreses seguramente debe su nombre a los mozárabes de Coria que huyeron al norte con Ordoño I en el siglo IX. Cordobilla y Granadilla son lo más probable repoblaciones de mozárabes de Córdoba y Granada venidas a Extremadura por la expulsión de 1125. El árabe lo hablaba sobre todo la minoría culta y dirigente, aunque tampoco debemos olvidar los dialectos del bereber dada la abundante población de esta etnia que tuvo Al-Ándalus.
La ciudad de Badajoz, fundada por Ibn Marwan en el 875, pasó en el siglo X a ser dominada por el Califato de Córdoba, tras la desintegración de éste, se creó el Reino Taifa de Badajoz en el año 1013.
Los filólogos se sorprenden, de la gran cantidad de arabismos raros en el castellano y que en cambio son usados habitualmente en Extremadura.
A
Acirate: borde de una superficie. (arab. as-sirat: el camino)
Ahorre: llagas blancas en la boca de un niño (arab. Al hurr)
Alanje: culebra
Albalá: la cloaca
Albuera: La laguna
Alburquerque: El del alcornoque
Alcántara: El puente
Alconetar: Los puentecillos
Alía: alta
Albedriau: vidriado
Alburraca: Urraca
Alfanhe: molino de aceite (arab. Al hayar. a piedra)
Algarabita: gancho de madera
Algofifa: balleta (arab. gaffita)
Aljucén: El castillo
Almaraz: el labrantío
Almofia: cazuela de barro (arab. al mujfiya. el vaso)
Azuaga: Al Zuwaga, tribu beréber.
B
Badajoz: Balad al lauz (región de almendras)
C
Ceclavín: Siqlaviyin (esclavos)
D
E
F
G
H
I
J
Jaque: cada una de las dos bolsas de las alforjas (arab. saqq: mitad de una cosa)
Jaraiz: Los campos labrados
Jarca: grupo de personas (marroquí harka: expedición militar)
K
L
Liara: vaso de cuerno (arab. al-iyara)
M
Magacela: Del nombre femenino Umm Gazalla
Mengabril: De Ibn Yibril
Miravete: murabit (orden religiosa que vigilaba conventos)
Mengabril: De Ibn Yibril
Miravete: murabit (orden religiosa que vigilaba conventos)
Moheda: monte con jarales
N
Ñ
O
P
Q
R
S
Santos de Maimona: Maymún
T
Táliga: libre de impuestos
U
V
Y
Z
Zafra: el desierto
Zalamea: saludable
Zalamea: saludable
Zamboa: membrillo (Zambu'a: variedad de cidra)
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